Comentario a "La Belle Dame Sans Merci" de Keats
La Belle Dame Sans Merci I ¿De qué adoleces, caballero, tan sólo y pálido vagando? Del lago el junco se ha secado, y no cantan los pájaros. II ¿De qué adoleces, caballero, desmejorado y miserable? La ardilla ha llenado su granero, se ha dado la cosecha. III Un lirio veo sobre tu frente de helada angustia y fiebre en vaho, y en tus mejillas una rosa también se ha marchitado. IV Traté a una dama en la pradera, hermosa y bella – un hada niña. De pelo largo y pies ligeros, salvaje la mirada. V Tejí guirnaldas en su frente, pulsera y cinto perfumados. Y me miró cual si me amara, gimiendo dulcemente. VI En mi corcel la hube sentado, y en todo el día no vi más nada. Pues de soslayo ella entonó, una canción de hadas. VII Halló por mí raíces dulces, y miel silvestre y maná fresco. Y en una extraña lengua dijo: “En verdad que te amo.” VIII Y me llevó a su cueva de elfos, cayó en lamentos y sollozos. Y yo cerré